Ni Egipto, ni Sudán podían hacer frente en solitario a los grandes retos económicos y técnicos que el salvamento del patrimonio histórico nubio suponía. Con el beneplácito de ambos países, la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), asumió en 1959 la tarea de coordinar la ayuda internacional. Ésta fue la primera gran campaña internacional acometida por la UNESCO para salvaguardar el patrimonio de la humanidad amenazado. Su éxito le llevaría a repetir la experiencia en Mohenjodaro, Fez o Barabudur, aunque sin la resonancia que alcanzó su actuación en el valle del Nilo.

Mohenjodaro
Mohenjodaro


El 8 de marzo de 1960, el Director General de UNESCO hizo el solemne llamamiento al mundo para ayudar a salvar los monumentos y sitios amenazados. A cambio, Egipto y Sudán se mostrarían generosos con los hallazgos realizados en el curso de las excavaciones. Incluso cuatro pequeños templos serían entregados a aquellas naciones que destacaran por su ayuda. Para fomentar aun más el interés por la Campaña de Nubia
dos grandes exposiciones: “Cinco mil años de Arte egipcio” (entre 1959 y 1961) y sobre todo “Tesoros de Tut-anj-amon” (desde 1961 hasta 1973), viajaron por distintos países europeos, asiáticos y americanos.

Sede de la UNESCO
Sede de la UNESCO


La convocatoria fue un éxito, pues 24 países participaron en trabajos de excavación arqueológica y en el alvamento de los monumentos amenazados. En total, 50 estados entregaron casi 26 millones de dólares para financiar la campaña, a los que habría que añadir otros 7 millones procedentes de contribuciones privadas.