Los trabajos de desmantelamiento y traslado de los templos y monumentos amenazados
hacia sus nuevos emplazamientos se llevaron a cabo entre 1960
y 1965. Previamente habían sido
documentados y sus inscripciones revisadas. Tras su desmontaje, se llevaron a cabo
excavaciones arqueológicas
para recuperar la mayor cantidad
de información posible. Los edificios fueron desmontados o cortados, depositándose sus bloques en distintas áreas de lmacenamiento, en las que permanecieron hasta su montaje definitivo. El templo de Amada, decorado con valiosas y frágiles pinturas, tuvo un tratamiento diferente. Dado que los cortes arruinarían las pinturas, fue encerrado en una caja de hormigón, levantado y trasladado sobre raíles hasta su nuevo emplazamiento, a 2,6 kilómetros de la ubicación original. Un corto viaje que duró tres meses
Los monumentos salvados fueron reconstruidos en tres emplazamientos de la Baja Nubia. El templo de Kalabsha, el quiosco de Kertassi y el templo de Beit el-Wali fueron llevados a Nueva Kalabhsa, junto a la presa de Asuán; los templos de Dakka, El-Sebua y Maharraqa fueron reconstruidos, en Nueva Sebua; mien tras que los de Amada, El-Derr y la tumba de Pennut en el sitio de Nueva Amada. Conforme al compromiso inicial egipcio, cuatro templos fueron entregados a otros tantos países en agradecimiento por la ayuda prestada. Los templos elegidos para abandonar Nubia fueron los de Dendur, concedido a Estados Unidos y hoy conservado en el Metropolitan Museum de Nueva York; el de Taffa, a Holanda, expuesto en el Museo Egipcio de Leiden; el de Ellesiya, entregado a Italia y conservado en el Museo Egipcio de Turín, y el templo de Debod, entregado a España.
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